Es sabido por todo el mundo que en esto del turismo es necesario una constante reinvención para no quedarse obsoleto. A veces tenemos la errónea sensación de que el turista cada vez pide más, pero no es que pida más, es que cada vez sabe más, es más experimentado y por supuesto, no se conforma con cualquier cosa, a todos nos gusta que nos traten de manera especial, ¿no? Esta reflexión, puede parecer muy evidente, pero son muchos los que no pierden ni un segundo de su tiempo en profundizar en ello y mucho menos en intentar buscar soluciones para adelantarse a las necesidades de ese “turista pro”, ¿y después nos quejamos de que el turista cada vez pide más? Démoselo sin que lo pida, vayamos un paso por delante. Hablamos de los centros de interpretación virtual.

Realmente, aún nos queda mucho camino por recorrer, son muchas las áreas del turismo en las que deberíamos de trabajar, pero si no empezamos por una, el cambio seguirá sin producirse. Por supuesto, no todos empezaremos por las mismas áreas, ya que cada uno tenemos nuestras inquietudes y preferencias. En Mr. Turismo, estamos particularmente preocupados por un tema muy concreto: los centros de interpretación.
Desgraciadamente, cuando hablamos de centros de interpretación, pensamos en unos sitios aburridos en los que se habla del paso del tiempo en un lugar concreto mediante unos soportes que seguramente estén poco, o más bien nada actualizados y unos recursos mal explotados. Si nos vamos a la teoría o a “lo que deberían ser”, encontramos que los centros de interpretación deberían de servir para conectar al visitante con el patrimonio, haciendo un recorrido por la vida del recurso en cuestión y así, estimular su interés por él, incitarlo a cuidarlo, admirarlo y recomendarlo. Llegados a este punto… nos damos cuenta de que algo falla, ¿no? Estamos en un punto en el que se confunde centro de interpretación con una mera exposición de carácter permanente.

Después de darle muchas vueltas, analizar el tema en profundidad y sobre todo, teniendo en cuanta los comportamientos y preferencias, no solo del turista actual, sino de la gente interesada en una zona determinada en general, los propios locales, hemos ido un paso más allá y hemos encontrado una solución, “Los Centros de Interpretación Virtual”. Este laborioso proyecto en el que estamos trabajando consiste en un viaje virtual por la historia, los recursos, la cultura, la naturaleza y, sobre todo, las personas. Queremos hacer una llamada directa a las sensaciones del que observa, activar todos sus sentidos y que disfruten de la experiencia de una manera única e inigualable. Puede parecer una locura, pero las grandes ideas partieron de alguien a quien le llamaron loco alguna vez.

Para llevar esto a cabo, debemos de saber pasar del Open Data al Smart Data, o lo que viene siendo lo mismo, saber sintetizar. La información está ahí, nosotros lo que debemos hacer es recopilarla, analizarla y estudiar la mejor manera para utilizarla.
Mediante las redes sociales y otras plataformas, sabemos lo que está comiendo nuestro vecino o lo mucho que se quieren aquella pareja de tu colegio a la que hace más de 10 años que no ves, ¿por qué no aplicar toda esa información, que a priori parece irrelevante, para el turismo? Tiene sentido, ¿no?

Estos Centros de Interpretación Virtual de los que hablamos, constan de conocer una localización desde todos los ángulos posibles gracias a la realidad aumentada, los montajes 3D, la videograbación inmersiva o la realidad virtual. Dejemos que el visitante participe en la propia visita siendo su propio guía, que se informe realmente de lo que a él le interesa, pero también nutrámonos de lo que les interesa a otros como él y mostrémoselo de una manera visual y fácil de utilizar. Hagamos que ese muro de las redes sociales que anteriormente mencionábamos nos muestre qué es lo más visitado en Galicia, qué le gusta a la gente, que los propios turistas y lugareños se conviertan en las personas que recomiendan a donde ir o que visitar a golpe de un solo clic mediante una pantalla táctil gigante.

Aunque creamos que somos todos iguales, no es así, la imaginación no es algo que venga bajo nuestro brazo cuando nacemos, son muchos a los que les cuesta imaginarse toda una catedral a raíz de una piedra, por mucho que tenga un panel donde cuenta su historia al lado. Pero si lo que se muestra en ese centro de interpretación, es una fotografía de esa iglesia en la que todo cobra vida mediante una animación tridimensional o una aventura gráfica en el que el visitante es el protagonista y tiene la posibilidad de conocer esa catedral desde dentro, la cosa cambia, ¿verdad?

Por supuesto, en un proyecto de tal envergadura habría que seguir un modelo VICE (Visitante, Industria, Comunidad y Entorno), poniendo en valor el recurso e integrando a todas las partes que participan en el día a día del lugar en el que el Centro de Interpretación Virtual se coloque.

Si miramos hacia el futuro, es cierto que aún nos queda mucho camino por recorrer en este y en otros aspectos, turísticamente hablando, pero en el movimiento, está el cambio. Nuestro proyecto todavía está en fase fetal, aún nos quedan unas cuantas fases más antes de darlo a luz, pero que no os extrañe si el día de mañana nuestro pequeño monstruito empieza a aparecer por toda Galicia.

Que se preparen los destinos o geodestinos, comarcas o territorios, los edificios históricos de magnitud o museos de envergadura, que empieza un viaje sin retorno a ninguna parte que no sea la virtual, porque como sabemos, a veces la ficción supera la realidad. ¡¡¡¡Si no, al tiempo!!!!

¡Os seguiremos informando!


1 comentario

Mateo Tapia Vargas · 2 junio, 2018 a las 10:28

Excelente,

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