Les tenemos que reconocer que el programa de Iñaki Gabilondo “Cuando ya no esté” nos tiene bastante fascinados. Por él pasan personalidades ilustres del mundo de la ciencia, de la arquitectura, de la medicina, de la política, la biología etc hablando sobre lo que nos espera en una franja temporal de los 25-30 años. Todo esto nos ha hecho reflexionar sobre que será del turismo “cuando ya no esté” como dice Gabilondo, intentando dar una visión turística del futuro de la industria de la felicidad.

En el programa de Galibondo se escuchan cosas realmente fascinantes. La primera entrevista que vimos fue la de José Luís Cordeiro, profesor de la Singularity University, una peculiar inicitativa financiada por Google, la Nasa, Microsoft y algunos más que tiene como principal premisa estudiar desarrollos de futuro para la sociedad que se nos viene encima, por resumirlo. Dice Cordeiro de una manera un poco vehemente cuestiones como que venceremos a la muerte, que podremos almacenar cerebros en la nube por crionización, que venceremos todas las enfermedades, que comeremos mejor con alimentos sanos y de calidad concentrados en una simple gragea o en productos reproducidos genéticamente que los hará casi perfectos para el consumo.

Por no extenderlo más, sumado a Cordeiro hay varias entrevistas tan interesantes o más que esta como la de la gente del Instituto Tecnológico de Masachussets, Carlos López-Otín, Rafael Yuste, Norman Foster etc, quizá con más prudencia que la de Cordeiro pero que cada una a su manera, confirman en líneas generales lo que Cordeiro dice. Que viveremos con total normalidad hasta los 120 años, que la alimentación y la vida será más saludable por norma general porque se vencerán enfermedades, que se preveé una revolución en los transportes, que evolucionaremos en la carrera espacial, que las ciudades serán más sostenibles, eficientes y respetuosas con el medio ambiente, etc, etc.

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Dicho esto y sin olvidar muchas de las cosas que en las entrevistas de Gabilondo se dicen, va un disparate desordenado y muy personal de cómo podría ser el turismo del futuro, dentro de unos 30 años, en el cual no puedo asegurar si estaré o no todo sea dicho de paso. Empezamos…

  1. Olvídense de la cuña de radio de Viajes El Corte Inglés de viajes para mayores de 55 años, por que visto lo visto vamos a estar hechos unos adolescentes a esa edad. Probablemente nos iremos a viajes para mayores de 80 años lo que antes planteábamos para los de 55, vista la calidad de vida que se nos presupone a 30 años vista.
  2. Olvídense de los aviones, aeropuertos y demás lindezas, por que nos desplazaremos en un tubo a velocidad supersónica que nos aventura cruzar el Atlántico en un par de horas. No es la teletransportación tan deseada de Start Trek pero sin duda es un gran logro si realizamos estas obras de gran magnitud en los próximos años.
  3. Las ciudades serán más grandes, pero los medios de transportes públicos serán de tanta calidad y tan evolucionados que te darás cuenta que no te compensa viajar por tus propios medios. Al menos el bus turístico ira por railes y por encima del tráfico.
  4. Conducir tu propio coche será para nostálgicos. Todos vaticinan que será una de las cosas más inmediatas que veremos, serán vehículos de conducción automática que por supuesto ya no necesitarán hidrocarburos para su desplazamiento y probablemente tampoco carreteras como hoy las entendemos. Volaremos…
  5. Prepárense para coger ticket en la red como en el supermercado para entrar en destinos o recursos turísticos de gran demanda. No se podrán visitar muchos de ellos sin citas previamente concertadas porque esta problemática tan de moda hoy en el turismo, se resolverán con medidas y con estudios rigurosos de capacidad de carga realizados para saber hasta donde se puede llegar para gestionar el éxito, sin olvidar a la gente que vive en estos lugares. Será fundamental integrar el turismo en el modelo de ciudad que previamente se conceptualice y poder disfrutar de un paseo por la plaza San Marcos de Venecia, será además de un artículo de lujo, privilegio de unos pocos, por toda la batería de medidas correctoras para combatir un turismo invasivo y afrontar un turismo más ordenado y sostenible para no destrozar todavía más el patrimonio, la cultura y en definitiva la vida cotidiana de las personas que viven en ellos.
  6. Si o si nos vamos de viaje al espacio. Será un frenesí y un reto, dar una vuelta a la órbita de la tierra y alucinar con las panorámicas para luego alunizar en un centro de interpretación de la tierra en la luna, porque todo apunta que habrá medios e inversiones para que esto fuese posible a un precio ya no tan desorbitado. Marte, pensamos que todavía nos queda lejos para los próximos 20-30 años.
  7. Olvídense de la recepción en los hoteles, es más ya no serán hoteles, serán centros de datos totalmente robotizados, que sabrán más de nosotros que nosotros mismos, y buscarán la satisfacción a través de lo que conozcan de nosotros en cuestión de segundos, ya sea por el reconocimiento facial al llegar, o por toda la información que podrán saber de ti al escánear alguno de los dispositivos que poseas. Serán espacios para pasar unos días que podrás perfectamente ajustar a tus gustos. Un simple chip, y tu eliges que habitación quieres, cuando te vas, cuando entras, como pagas y con qué banco trabajas, que redes usas etc etc. Un CRM instantáneo que guiara tu estancia en todo momento.
  8. Visitaremos las ciudades, recursos o destinos turísticos con mayor facilidad, sabremos en tiempo real lo que sucede en una geolocalización concreta, que comentarios hay en la red, que fotos se subieron a las redes de moda en ese recurso turístico en tiempo real, que dice la gente de él, que blogs hablan de ello, todo, todo con un simple chip que hace las veces de móvil, tarjeta de crédito, traductor automático inteligente, documento de identificación y que será un trozo de plástico que hasta podrás llevar en la ropa o en la misma piel y que lo podrás ver con suma facilidad en cualquier lado o con unas simples gafas.
  9. El turismo colaborativo no sólo venía para quedarse si no que se va a convertir en dogma, una filosofía de viaje para segmentos o nichos de mercado muy variopintos para la sociedad del futuro que se está barajando. No tendrá que ver con el poder adquisitivo si no con la conciencia individual de cada persona. Se convertirá en una modalidad de viaje más integradora, experiencial, que no sólo quiere visitar o conocer, si no que necesita sentirse integrado en la realidad de lo que ve.
  10. Prepárense porque vendrán los viajes virtuales. Podrás comprar un viaje a la carta de una manera virtual, te recrearás en diferentes ambientes, épocas históricas, podrás elegir si quieres aventuras, una escapada romántica, formar parte de la historia o ser un personaje concreto en un momento concreto de una historia determinada. Y tranquilos, parecerá tan real, que efectivamente se sentirán desconectados y relajados como si en realidad sucediese. Se acuerdan de la película “ Desafío Total “, pues tal cual.
  11. Las redes sociales, internet dejarán de ser algo de milenials, de jóvenes frikis, algo embrionario, si no que formará parte de la sociedad como el respirar. A través de algoritmos ya nos encajarán en las redes con las que mejor cohabita nuestra personalidad, perfil sociológico y gustos, nos vendrán ya integradas como si de nuestro DNI se tratase. No navegaremos por internet, navegaremos por la inmediatez, navegaremos por algo que en función de nuestro perfil nos va dando las opciones ajustadas a lo que nuestro cerebro va requiriendo y se nos irán dando opciones y qué se comenta de ellas en tiempo real. Será el culmen de lo que hoy no entendemos mucho que será el internet 3.0, 4.0 o derivados.
  12. La gastronomía pasará por la genética. Como cada individuo con un simple dispositivo de no más de 5 euros, podrá saber cual es su genoma en segundos, tendrá información precisa de qué le conviene ingerir, a qué enfermedades está más predispuesto y como podrá prevenirlas. Esto hará que cuando viajemos y probemos la gastronomía local, la degustemos con la perfección del producto perfectamente genético, elaborado por chefs que serán más científicos que cocineros, con dispositivos que nos recomendarán platos o recetas según nuestro genoma y el perfil gastronómico que un sofisticado CRM de restaurante vaya clasificando según conozca nuestros chips y dispositivos más utilizados, con una selección previa de los lugares más emblemáticos que visitar según los parámetros que vaya marcando el social media instantáneo que vayamos recibiendo en tiempo real sobre la zona. Vamos experiencia gastronómica total.

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En fin, podríamos enumerar 50 cosas más, pero lo que está claro que el Turismo pervivirá, será un artículo de extrema necesidad, no sólo para desconectar de la rutina si no como una de las pocas vías para estar con tus cercanos, ya sea pareja, hijos naturales, adoptados, amigos de diferentes condiciones sexuales, razas y con conceptos de vida y familias tan dispares como habitantes hay.

Y que ustedes y nosotros lo veamos.

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